Cerca de la entrada al andén 9 y tres cuartos, Ron corría todo lo que podía mientras tiraba del pesado carrito que trasportaba el equipaje de su hija mayor, Rose.
-¡Date prisa papá, llegaremos tarde!- gritaba la joven pelirroja mientras corría a toda prisa.
-¡¿Qué crees que estoy haciendo?! ¡Corro todo lo que puedo!- respondió como pudo, pues ya no estaba tan ágil como aquellos tiempos.
Varios magos habían traspasado el muro que les llevaría al tren hacia Hogwarts y ya casi era la hora para que partiera.
Rose cogió más fuerza y se impulsó a atravesar el muro, ya no le importaba si llevaba el equipaje o no, solo quería llegar al tren a tiempo.
Pero en su camino se interpuso un muchacho rubio con su carrito y le fue imposible detener su ritmo, inevitablemente chocó con él y ambos cayeron al suelo junto con el carrito del joven.
Los dos comenzaron a quejarse de dolor, uno por el brazo izquierdo y el otro por la rodilla derecha.
-Lo siento... No podía parar y...- se excusaba la muchacha, pero cuando sus azulados ojos se depositaron en el blanquecino rostro del chico prefirió ahorrárselo.
-Tranquila... Pero...- finalmente miró de quién se trataba y también guardó silencio.
Los padres de los chicos no tardaron en aparecer y ayudarlos a levantarse.
-¿Estáis bien?- preguntó Draco a la vez que levantaba a los dos pequeños.
-Gracias- murmuró Rose, pero sin dejar de mirar seriamente a Scorpius.
En ese momento, llega el pobre pelirrojo con el carrito de su única hija.
-Rose... ¿Por qué... No... Esperaste...?- intentaba tomar aliento, aunque le costaba bastante.
-Ya veo que estás en buena forma- sonrió Draco.
Ron lo miró de reojo y tragó saliva a la vez que jadeaba.
-Estoy en buena forma, lo que pasa es que hemos venido de mucha más distancia y corriendo...- intentaba presumir.
-Claro- rió el Slytherin mientras cogía el carrito de su hijo y atravesaba con él aquel muro.
Rose y su padre hicieron lo mismo, habían llegado a tiempo, solo les faltaba 5 minutos. Caminaron un par de pasos, hasta que lograron divisar a los demás: Ginny, Harry, James, Albus, Lily, Bill, Fleur, Victoire, Dominique, Louis, George, Angelina, Fred, Roxane, Alice, Hugo, Hermione, Teddy Remus, Neville, Luna y Clara.
-Por fin, pensé que ya no ibais a llegar- dijo Hermione a ambos padres.
-Mi padre rompió el coche y tuvimos que venir corriendo desde el taller- explicó Rose un poco enfadada.
-¿Acaso vas a contárselo a todo el mundo?- regañó Ron.
-Es igualita a Alice- burlaba George a su hermano pequeño.
-Sí, tiene ese horrible carácter de su madre- resopló el pelirrojo, sin darse cuenta de que ella estaba escuchándolo.
-¿Horrible carácter?- murmuró Alice con una voz un tanto molesta.
Ron tragó saliva y volteó muy despacio, sonrió levemente y bajó la mirada.
-Será mejor que ayude a Rose y a Scorpius a subir- dijo Hermione mientras los conducía hacia el vagón.
Poco a poco, todos los admitidos a Hogwarts comenzaron a entrar en el hermoso tren y tomaban sus acomodados asientos mientras saludaban desde las ventanillas a sus familiares.
En uno de los vagones se encontraban Teddy Remus con Victoire, su novia, James Potter con Fred y Molly Weasley.
En otro estaban Dominique con Albus, Rose, Clara y Scorpius.
Todos saludaban desde la ventanilla y el tren ya había dado el silbato de salida, no tardó en comenzar a avanzar y dirigirse hacia la escuela de magia y hechicería.
Después de esto, varios minutos habían pasado y los alumnos comenzaron a conocerse entre sí.
-¿A qué casa quieres que te cojan?- preguntó Dominique (tiene 12 años y es la segunda hija de Bill y Fleur) a su primo Albus.
-Aún no lo tengo muy claro...- medio sonrió.
-Yo prefiero Gryffindor, como mi padre- intervino Rose con una pintoresca sonrisa, era bastante guapa.
-¿Y eso por qué?- le preguntó Clara, casi era como oír a Luna Lovegood. Se parecían físicamente, en la voz y en la misma templanza... Pero tenía la misma personalidad que Neville, su padre.
-Mi padre me había contado cómo fue su infancia en Hogwarts junto a mi tío Harry y Hermione Malfoy- continuaba- Habían vivido muchas aventuras divertidísimas y habían derrotado a Voldemort, que era un Slytherin-.
-¿Qué tiene que ver eso? Mi padre fue de Slytherin y no ha sido como Voldemort- interrumpió Scorpius.
-Solo he dicho que fue un Slytherin, en ningún momento he dicho nada de tu padre- explicó la pelirroja.
-Perdona, tal vez me equivoqué- se disculpó, pero la muchacha no sabía por qué sentía cierta manía hacia él y bajó la mirada.
Alguien abre la puerta, todos miran y comienzan a sacar el dinero para poder comprarse las golosinas que traía la señora del carrito de dulces.
Rose se dispuso a comprar ranas de chocolate, cuando se percató de que su padre se había olvidado de dejarle el dinero.
-Oh, no...- se lamentó.
-¿No tienes el dinero, pequeña?- le dijo la señora.
-Yo...- volteó para ver si alguno podría invitarla, pero todos llevaban el dinero justo y se sentían mal de no poder ayudarla.
-Deme las ranas de chocolate y también unas grajeas bertie bott, yo invito- dijo Scorpius mientras sacaba el dinero para pagar.
La joven Weasley se avergonzó del gesto que había hecho el muchacho y más cuando la señora les dedicó una mirada y sonrisa tierna.
Después de que ésta se fuera y todos volvían a tomar sus asientos, Scorpius le ofreció las ranas de chocolate a su compañera y ella (sin mirarlo, aún estaba avergonzada) las tomó.
Los demás se miraron entre sí con una simpática sonrisa, pero prefirieron no decir nada para incomodar a Rose y continuaron con sus conversaciones.
En el resto del camino, los dos jóvenes no hablaron nada entre ellos, pero Scorpius no pudo evitar el mirarla de vez en cuando mientras ella miraba el paisaje desde su ventanilla.
FIN DEL CAPÍTULO
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ALBUS |
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TEDDY REMUS |
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ANDÉN 9 Y TRES CUARTOS |
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ROSE |
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FRED Y JAMES |
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CLARA |
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