jueves, 3 de julio de 2014

13. La marca de la serpiente: Enemigos del heredero, temed.

La noche se hacía más densa y solo 3 adultos se mantenían despiertos en el despacho del director Dumbledore.
Severus los había refugiado cautelosamente en el castillo, quería saber qué les había pasado y cómo habían logrado escapar. Para ello, ordenó traer algo de comida y también algo para beber.
-¿Scorpius está bien?- preguntó Hermione, algo preocupada.
-El señor Potter ha cuidado de él en vuestra ausencia- se sentó en el sillón que estaba frente a ellos.
-¿Harry?- miró extrañada a Draco.
-Confío más en él que en Weasley- dibujó una sonrisa y ella reía mientras negaba con la cabeza.
En ese momento, Severus carraspea para llamar su atención y continuar con sus preguntas.
-¿Qué ha pasado en el día de su desaparición, señora Malfoy? ¿Quién la ha secuestrado?- preguntaba con un tono serio.
-Había llegado Ginny, pero no era ella... No me di cuenta, hasta que la encontré en nuestra habitación- explicaba con un rostro un poco pálido- Era Jessica... Había conseguido escapar de Azkaban-.
-Es extraño que no se percataran de ello, aunque no sería la primera vez- detalló Snape.
-Luego apareció Morfin Gaunt, no sé qué es lo que buscaban... Solo sé que quemaron todo y me llevaron con ellos- dejó escapar un par de lágrimas.
-Afortunadamente, no lo encontraron- decía Snape depositando su mirada en el que fue su antiguo alumno.
Hermione miró a su marido.
-¿Qué es lo que no sé, Draco?- estaba nerviosa.
-Morfin quiere a Scorpius, él es el heredero de la casa Slytherin- continuaba con la voz más apagada- Scorpius es el guardián de algo muy poderoso que pertenece a la familia Black-.
La castaña no podía creer lo que oía, nunca le había comentado nada parecido.
-Si sabías eso, ¿por qué no te has dignado a contármelo?- dejó escapar unas cuantas lágrimas de indignación.
-No creí que fuera nuestro hijo, hasta que mi padre llegó con aquel pergamino del árbol genealógico de la familia de mi madre- intentaba explicarse, pero ella se levantó de su asiento y se dirigió hacia la ventana.
-Hermione...- murmuró éste mientras se aproximaba hacia ella.
-¡No quiero que me digas nada! Mi hijo es el blanco de todas las miradas de todos esos magos que se hacen llamar "sangre pura", ¿y me dices que tu padre lo sabía y no fuiste capaz de decírmelo?- estaba muy enojada.
Draco bajó la mirada y asintió con la cabeza.
-Es cierto que no te había dicho nada, pero tampoco hubiera cambiado nada si lo hubiera hecho- la miró a los ojos y aún más serio.
-¿Qué quieres decir?- Hermione no podía comprender qué diferencia había.
-Draco tiene razón, si lo hubiera sabido o no, no hubiera servido para nada- intervino Snape.
-¿Por qué? Se hubiera buscado una solución o podríamos haber intentado detener a Gaunt de algún modo...- fue interrumpida.
-Te equivocas, si Morfin descubría que sabíamos quién era el heredero de la casa Slytherin, nos habría capturado a ambos y hubiera llegado más rápido a Scorpius- continuaba Draco- Pero al haberte capturado a ti, pude llevar a nuestro hijo a un lugar seguro y también puse al tanto al director...-.
Éste tomó la delgada mano de Hermione y la miró más tiernamente a los ojos.
-Quizás tengas razón, pero yo también formo parte de esta familia- le acariciaba la mejilla sin soltar su mano.
-Lo siento...- murmuró éste con una leve sonrisa.
Entonces, en uno de los cuadros, apareció un anciano de la época clásica con un viejo libro en mano y chistó al profesor.
Snape mira extrañado hacia el cuadro y el anciano comienza a hablar en voz baja.
-Tengo un mensaje del director Dumbledore- ponía su mano cerca de la cara como si revelase un secreto.
-¿Un mensaje?- se acercó Hermione con su marido.
-Así es, dice que se encuentra en la casa de Arthur y Molly Weasley continuaba mientras se acercaba un poco más hacia ellos- Dice que acudáis en esta misma noche hacia allí... Las cosas no van nada bien-.
El matrimonio Malfoy no dudó en coger sus capas negras y prepararse junto al profesor Snape.
Los tres adultos caminaban apresuradamente por los pasillos hasta la gran entrada del castillo, al salir se encontraron con la profesora McGonagall y el gigante guardabosques.
-¿Qué hacéis aquí?- les preguntó Snape.
-Usted no es el único que está preocupado por esta situación, Severus- le respondió McGonagall muy seria.
-Hermione, Draco, ¿estáis bien?- se preocupó Hagrid.
-Sí, conseguimos escapar sanos y salvos- tranquilizó Hermione con una sonrisa y éste correspondió al gesto.
-No tenemos tiempo para juegos y carantoñas- interrumpía Snape mientras tomaba su varita y llamaba 3 escobas para ellos- No podemos perder más tiempo-.
Las escobas aparecieron volando y justo antes de llegar hasta ellos, fueron aterrizando hasta llegar al frente de éstos.
Inmediatamente, tomaron sus escobas y sobrevolaron el oscuro cielo de la noche. No tenían tiempo que perder, por lo que mantuvieron la formación y la velocidad hasta La Madriguera, donde se encontraba el director con los demás.
Mientras tanto, en el pequeño salón de la casa Weasley, Harry, Neville, Ron, George y Arthur mantenían una importante conversación con Aberforth.
-Entonces, ¿Hermione y Draco están bien?- se alegraba Harry al ver que el director asentía.
-Aunque aún no tenemos muy claro cómo lograron escapar- detalló el anciano mientras tomaba un sorbo de té.
-En cualquier caso, ahora debemos actuar antes de que Morfin intente llegar hasta el chico- dijo Arthur.
-Eso sería lo más sensato, Arthur- lo apoyó el director.
Sin embargo, ese momento de "paz" se rompió debido a una explosión que hubo cerca de la casa y éstos salieron de inmediato con varita en mano, para ver qué había pasado.
Pero un hechizo Confundus llegó hasta George y todos mantuvieron su posición apuntando hacia alrededor de la casa, mientras Arthur ayudaba a su hijo.
-¡Entregadme al chico y prometo no ser muy cruel con vosotros!- amenazaba el viejo de Gaunt al aparecer frente a éstos mientras habría la cortina de fuego con su desgatada varita.
-¡Jamás!- apuntó Harry hacia él y lanzó un hechizo, pero Jessica intervino y usó su hechizo Escudo.
-¿Acaso os lo pedí de por favor? ¡Entregadme el chico ahora!- se enfureció.
-Crucio- invocó Hermione mientras bajaba de su escoba justo detrás de aquellos que querían llevarse a su hijo y varios mortífagos sucumbieron a la horrible tortura del hechizo.
-Expelliarmus- hechizó Draco a Jessica y ésta fue desenvainada por su antiguo compañero.
Sin embargo, ésta reía mientras lo miraba.
-Bravo, Draco... Por tu culpa ahora no podremos vencer a todos estos sangre sucia- decía con una macabra sonrisa en su blanquecino rostro.
-¿Desde cuándo dije que quería tal cosa?- apuntaba hacia ella, pero Jessica no se sentía amenazada en absoluto.
Pero con tanto alboroto, Scorpius consiguió salir hasta donde estaba Harry y Ron.
-¡Papá, mamá!- los llamó, preocupado por lo que estaba pasando.
-¡Vuelve a dentro!- ordenó la castaña, sin darse cuenta de que había dejado de torturar a los 2 mortífagos que rodeaban a Gaunt.
Éstos aprovecharon su oportunidad y tomaron sus varitas antes de que nadie pudiera detenerlos.
-¡Flagrate!- hechizó uno de ellos a Hermione y ésta tuvo que quitarse su larga capa que había comenzado a arder.
De repente, hubo una gran batalla frente a La Madriguera y Harry empujó a Scorpius dentro de la casa.
-Ahora no puedes ayudarles- intentaba hacerle entender el patriarca de los Potter.
-¡No puedo dejarles!- quería defender a su familia, pero Harry lo apartaba de la puerta.
-Te prometo que no permitiré que les pase nada, pero tú debes de volver arriba con los demás- lo tomó de los hombros e hizo un gesto a su hijo James que apareció en ese momento desde las escaleras.
-¡No!- gritaba Scorpius, pero de nada le valía, James lo cogió fuertemente y poco a poco conseguía subirlo a las habitaciones.
Ginny bajó a ayudarlo sin soltar su varita, por si entraban a la casa.
Molly llevó a los chicos a una habitación escondida de los enemigos, la habían construido varios años, cuando Voldemort había regresado en el 4º año de curso en Hogwarts.
Solo podían oír algunas explosiones y algunos ruidos de aquella lucha, pero apenas podían saber quiénes iban perdiendo... Ginny estaba muy nerviosa y no hacía sino suplicar en pequeños murmullos que ninguno de sus seres queridos saliera herido o muerto.
Luna la observó con detenimiento y se sentó a su lado mientras la tomaba de la mano con fuerza y suplicaba lo mismo que su mejor amiga.
Tras un tiempo, hubo un desagradable silencio... Todos tenían el corazón en un puño, no se movían de su lugar, esperaban oír a sus familiares y amigos bien. En ese momento tan tenso, alguien intenta abrir la puerta de la habitación pero está cerrada con un hechizo que había puesto Molly Weasley.
Las madres no dudaron en ponerse en pie mientras apuntaban con sus varitas hacia la puerta, protegiendo tras de sí a sus hijos y sobrinos, esperando a otra batalla que deseaban ganar.
-Alohomora- reconocieron la voz de aquella mujer que invocaba tal hechizo para abrir la puerta y bajaron las varitas.
La puerta se abrió y Hermione apareció con lágrimas en los ojos y emocionada de ver que estaban bien.
-Hermione...- murmuró Ginny en el mismo momento que se adelantó a abrazarla.
Todos estaban bien, ninguno estaba herido de gravedad, solo llevaban rasguños y algunos golpes superficiales.
Draco entra en la habitación y Scorpius no duda en abrazarle con fuerza.
Malfoy sonríe de satisfacción al comprobar que están bien y que, por esta vez, habían ganado una batalla.
Sin embargo, no todo eran risas y alegrías... Morfin logró escapar antes que sus guardaespaldas y acompañado de Jessica. Llegaron a su escondite, donde unos pocos mortífagos custodiaban la casa con Pansy.
-¡Tú, maldita escoria!- acusaba el viejo de Gaunt mientras lanzaba un hechizo hacia Pansy.
Ella cayó al suelo, no tuvo tiempo de protegerse ante aquel ataque.
Jessica la agarró fuertemente del cabello y la obligó a ponerse de rodillas frente al anciano.
Éste la agarró de la mandíbula con fuerza y la miró a los ojos con odio.
-¿Cómo pudiste traicionarme de ese modo?- dijo entre dientes y aún con ira.
Pansy no podía negar que había ayudado a los Malfoy a escapar en el momento que Gaunt y Jessica ya no estaban, solo se puso a llorar del miedo por lo que le iban a hacer... Pero tampoco estaba dispuesta a confesar ni a desmentir nada.
-Gracias a tu insensatez, morirás y a ellos no les importará porque nunca les has importado- le abofeteó y apuntó hacia ella para matarla definitivamente.
-Se me acaba de ocurrir una idea- reía Jessica.
El anciano la miró y esperó a oír el plan que se le había ocurrido a su subordinada.
-No la mate, aún nos puede servir de gran ayuda- dijo con una mueca extravagante en su blanquecino rostro y Morfin accedió a su petición.
-Dale las gracias a Jessica, hoy no morirás- burló y ordenó que la llevaran a la misma celda donde tenían a Hermione.
Pansy estaba asustada, pero no fue capaz de mediar palabra desde entonces...
FIN DEL CAPÍTULO
SEVERUS SNAPE

NEVILLE Y LUNA LONGBOTTOM

DRACO Y HERMIONE MALFOY







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