domingo, 16 de febrero de 2014

7. Secuestrada.

De madrugada y aún con el sereno del frío otoño, un chico de primer año va camino hacia uno de los hermosos jardines de Howgarts.
De vez en cuando, voltea hacia tras para garantizarse de que nadie lo está siguiendo y continua su paso acelerado. No llevaba su uniforme, para que no descubrieran de qué casa era (aprovechando que solo se veían bagas sombras en aquella neblina), solo su capa negra lo refugiaba del helado tiempo.
Al llegar a su destino, un claro y hermoso paisaje mágico, encontró la criatura que llevaba cuidando desde que llegó a la escuela.
-Buenos días, Cervatus- murmuró el muchacho con una dulce sonrisa, no quería sobresaltar lo que parecía un ciervo con alas plumadas.
El extraño ser era semejante a un ciervo, pero su color era blanco como la nieve y sus ojos azul cielo... Era hermoso contemplarlo, incluso sus preciosos y alargados cuernos blanquecinos.
-Hoy te he conseguido un poco más de comida... Pero no pude traerte los dulces de calabaza que tanto te gustan- decía mientras buscaba en su alargada capa negra lo que parecía un pequeño saco oscuro con algunos restos de dulces y verduras.
Al encontrarlo, sacó una hoja de lechuga y extendió su mano hacia el débil animal. Parecía que ya no le tenía miedo y comía de su mano, esto entusiasmaba al pequeño Malfoy, siempre quiso tener una mascota... Pero después de lo que había hecho la gata de su madre con el trabajo de su padre, ya no querían más animales.
-Debo irme, ya está amaneciendo y sabrán que me he escapado- le explicaba, como si pudiera entenderle.
Deja el pequeño saco cerca del Cervatus y marcha hacia la escuela con paso ligero.
Hacía mucho frío y sus labios ya comenzaban a tornar un color más morado, sus mejillas se sonrojaban y las manos quedaban blanquecinas.
De vez en cuando, se frotaba con fuerza y se las llevaba hacia su boca para calentarse mientras resoplaba.
Ya casi llegando a los muros de Howgarts, oye cómo si hubiera crujido una rama cerca de éste y volteó de inmediato con su varita en mano.
-Con que saliendo de madrugada, ¿eh?- le sonó aquella voz femenina.
-Oh... Weasley, ¿qué haces aquí? Me habías asustado- bajó su varita al volverse a girar y encontrarla frente a la escuela.
-No me digas, ¿qué haces andando por ahí? Si te pillan, te expulsarán- le regañaba con ambas manos en la cintura, como si fuera un jarrón delgado.
Éste descendió sus grisáceos ojos y tragó saliva, aún recordaba las duras palabras que ella le había dicho al grupo aquella vez.
-Como si te importara que me expulsaran- dijo entre dientes y encaminándose hacia las enormes puertas del castillo.
Rose no entendía de lo que le estaba hablando, no sabía que él le había escuchado decir aquellas cosas tan crueles.
-No he dicho que me importe, pero tus padres no tendrían por qué estar llevándose estos disgustos- seguía con su mismo tono severo y un poco confuso.
-¿Disgustos? No soy igual que lo fue mi padre, ¿sabes, Weasley?- le dijo con cierta rabia y pegándose hacia el rostro de su compañera.
-¿Qué... Qué quieres decir?- tragó saliva, no esperaba tenerlo tan cerca.
-Nada, ya veo que no eres tan lista como dices- continuó su camino hacia la escuela, dejándola con un montón de preguntas en la cabeza.
Ya dentro y dirigiéndose hacia las escaleras que lo llevarían hacia los pasillos, Rose se adelantó y se antepuso en su camino.
-¿Qué te pasa? ¿A qué ha venido eso?- lo miraba a los ojos, sin entender por qué sentía temor de verlo así... Casi parecía como si no quisiera que éste estuviera enojado con ella.
-¿En serio no lo sabes o es que te gusta hacer daño a los demás?- continuaba con un tono más airoso- No esperaba que James Potter acusara a mi padre de traidor y tampoco esperaba que tú fueras tan cruel conmigo... Sé que no te caigo bien, que me odias, pero ¿qué motivos te he dado para decidir cómo soy o cómo fue mi padre, sin conocernos tan si quiera? Te detesto, ojalá nunca nos hubiéramos conocido- la empujó y se encaminó a los alargados pasillos.
La joven Weasley no esperaba aquella reacción por parte de su compañero Slytherin, no supo qué decirle ni tampoco cómo reaccionar... Se había quedado en blanco, por primera vez en su vida.
-¿Rose? ¿Estás bien?- le preguntó Albus que justo había llegado con su amiga Clara Longbottom.
Ambos no sabían lo que le había pasado a la pelirroja con Scorpius y ella tampoco quería confesárselo.
-Nada, estoy bien- sonrió y los siguió hasta el gran comedor, para desayunar.
-¿Estás segura? Tienes muy mala cara- le insistía su primo.
Asintió con la cabeza y mirándolo a los ojos, pero no podía evitar el sentir cierto dolor por la desfachatez de su compañero Slytherin.
-¡Hola chicos!- saludaba Fred mientras le rebujaba el pelo oscuro de Albus.
-¿Qué tal?- llegó Teddy con Victoire y cogidos de la mano.
-Bien, un poco nerviosos por nuestra primera clase de vuelo- explicó Albus.
-¿Y vosotros?- preguntó Clara.
-Nosotros estamos buscando a James desde esta mañana, pero no damos con él- explicó Fred como si no fuera algo tan alarmante.
-¿Qué? Pero, ¿por qué?- se estaba preocupando Albus.
-Tranquilo, ¿es que no has oído los rumores? Dicen que una chica de la casa Ravenclaw está enamorada de él y quiso averiguar de quién se trataba- murmuraba Teddy con una simpática sonrisa.
-Teddy, no seas tonto- le llamó la atención Victoire- No le hagas caso, solo son suposiciones-.
-¿Suposiciones? ¿Y cómo ha llegado a creer eso?- se intrigaba Clara.
-Bueno, recibió una carta muy cariñosa- reía Fred.
-¿Y de quién?- insistió Clara.
-Eso es lo que no sabemos, era anónima- aclaró Teddy.
Ya habían llegado al gran comedor y fueron tomando asiento en sus respectivas mesas, hasta que vieron a James apoyando sus manos en su cabeza, parecía acabado.
-Vaya, vaya... Si es Romeo, ¿cómo te ha ido?- burlaba Teddy.
-No tiene ninguna gracia- lo miró como si estuviera cansado.
-Para ti, pero nosotros no hemos parado de reírnos- carcajeaba Fred.
-¡Vosotros sabíais que era la loca de Emma!- parecía algo enfadado.
Sus dos amigos comenzaron a reír más, mientras que Albus, Clara y Rose se miraron sin entender de lo que hablaban.
-No tiene gracia- les dijo, aún enfadado.
-¿Quién es Emma?- preguntó Albus.
Pero James prefirió no contestar y volvió a apoyarse en sus brazos.
-Emma es una chica... ¿Cómo lo diríamos? Algo especial, es una acosadora y lunática- explicaba Fred con una traviesa sonrisa.
-Sí, está loquita por tu hermano y mucho más ahora que él no quiere hacerle caso- reía Teddy.
-Le gustan los casos imposibles- concluyó Fred.
-Buenos días- saludó Eric con una sonrisa y mirando hacia Rose y luego a los demás, disimulando.
Albus parecía haberse dado cuenta de que algo les pasaba a ellos dos y medio sonrió.
-Vaya, al fin vemos a Malfoy- murmuró Fred mientras cedía espacio a su prima Molly Weasley (hija de Percy Weasley).
-Sí, ya apenas viene con nosotros- añadió Teddy un poco serio.
Todos esperaban oír la habitual coletilla de la pequeña Rose, pero se sorprendieron al contar hasta los 10 segundos y no hallar lo que estaban acostumbrados a oír.
-Rose, ¿estás bien?- preguntó Molly.
-Sí, ¿por qué?- miró extrañada a todos, ya que no hacían sino mirarla preocupadamente.
-Es que acostumbras a decir algo en contra de Malfoy y no has dicho ni que le odias...- explicó su prima.
-¿Qué pasa? ¿Por qué tengo que estar comentando algo sobre ese...? No es mi obligación hacerlo, así que no es extraño- dijo un poco alterada y salió del comedor.
Todos habían notado que algo le pasaba a la pelirroja y se miraron entre sí.
-Algo le pasa, sino no se habría puesto así- explicaba Albus.
-Sí, pero ¿con Scorpius? Sería raro...- se extrañó James.
-¿Y por qué no? Nunca se han llevado bien- aclaró Clara.
-No lo sé, es cierto que se llevan mal pero siempre andan juntos y compitiendo por todo... Ahora que ambos estén tan extraños, eso mosquea- detalló James.
Rose no quiso quedarse ni un minuto más en aquella mesa, temía que se le escapara lo que le había pasado en ese momento con Malfoy... No pudo evitar el sentir cierto mal estar por aquella situación que estaba viviendo en ese momento con Scorpius.
Algo así le pasaba a éste, pero no se movía de su mesa y comía sin hablar con nadie, realmente estaba muy enfadado.
Sus nuevos amigos de su misma casa lo notaban malhumorado, pero no se atrevían a acercarse para averiguar el por qué de su mala cara.
Tanto el grupo de Rose, como los amigos de Scorpius se sintieron un poco incómodos con el comportamiento tan raro de ambos y no sabían qué debían de hacer...
Pero para rarezas, Hermione apenas pudo concentrarse en su nueva historia debido a lo mucho que pensaba en Draco. Últimamente, lo veía actuar de un modo poco habitual, parecía como si estuviera nervioso o preocupado.
No dejaba de darle vueltas, hasta que alguien llama a la puerta y va a abrir.
Cuando abre, no esperaba la visita de Ginny Weasley, su amiga y la invita a pasar.
-No esperaba que vinieras, ¿por qué no me has avisado? Te hubiera preparado algo para el té- decía mientras recogía un poco la mesa donde se ponía a escribir y dejar espacio para su mejor invitada.
-Lo siento, no era mi intención molestarte- sonreía la pelirroja.
-Tranquila, no me molestas- concluyó la castaña y fue hacia la cocina para preparar el té.
Ginny miraba de un lado a otro, analizando la casa y su rostro se volvió serio... No parecía la misma.
-¿Cómo está Harry? He oído que le va bien con las clases de quidditch- decía sin dejar de atender a la tetera.
-Sí, así es- se limitó a decir la pelirroja.
Hermione volvió al salón con su invitada, pero no la encontró en donde la había dejado y se extrañó al no verla por los alrededores. En seguida tomó su varita y no hizo ningún ruido mientras avanzaba hacia los rincones de su casa, en busca de Ginny.
Lentamente, subió las escaleras y llegó a la última planta de la casa, poco a poco fue acercándose hacia su habitación y no esperó hallar a la que creía su amiga. Estaba buscando algo en los cajones de la habitación, claramente no era Ginny Weasley.
-Seas quién seas, deja lo que estás haciendo y márchate- le dijo con un tono firme y apuntando hacia ella.
Ésta obedeció, pero no tuvo prisa en marcharse y miró hacia la castaña.
-Largo- volvió a decir Hermione.
-¿Qué crees que estás haciendo, sangre sucia?- burlaba.
La muchacha se sorprendió de oír aquella voz y quiso echarse atrás, pero decidió mantenerse fuerte y siguió en su misma postura.
-¿Qué es lo que quieres?- intentaba aguantar su miedo al descubrir de quién se trataba.
La falsa Ginny comenzó a reír.
-Mírate, estás temblando- la miró de arriba a bajo.
-¿Y? No pienso huir- no deseaba lanzar su hechizo, pues quiso averiguar el qué estaba buscando, tal vez tendría algo que ver con su marido.
-Insensata- tomó su varita y lanzó un hechizo hacia ésta, pero Hermione pudo esquivarlo.
-Expelliarmus- se defendió ante su agresor, pero también logró escaparse ante este hechizo.
-Incendio- dibujó una horrible mueca en su rostro y toda la habitación comenzó a arder.
La joven Malfoy quiso escapar, pero la falsa Ginny se le adelantó y la hechizó dejándola inconsciente.
Entonces, de la entrada de la habitación apareció Morfin Gaunt.
-No la mates, nos será de utilidad...- murmuró con un rostro serio.
-Sí, mi señor- dijo la que se hacía pasar por la joven Potter y usó su varita para sacar a Hermione de la casa y llevársela junto a otros magos que vestían con ropas oscuras.
Mientras se alejaban de la casa, las llamas fueron devorando cada habitación hasta que solo quedaron algunos restos y cenizas.

FIN DEL CAPÍTULO


ALBUS SEVERUS POTTER

CLARA LONGBOTTOM

GINNY WEASLEY

HERMIONE GRANGER

JAMES SIRIUS POTTER

ERIC JHONES

ROSE WEASLEY

VICTOIRE WEASLEY TEDDY REMUS

SCORPIUS HYPERION MALFOY






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